Empezamos el día rauda y velozmente. Debemos estar a las
9:30 para repartir el desayuno con otros voluntarios independientes por los parques.
Ver la situación de las personas que están en el parque sigue siendo muy duro
para nuestros corazones. Sobreviven sin ninguna necesidad básica cubierta y a
su suerte o a la de las mafias, dependen
de la voluntad de las personas que de manera independiente nos acercamos, así
cada día sin saber si beberán agua o comerán. Son los olvidados en un conflicto
que trasciende la guerra de Siria: iraníes, afganos, pakistaníes que también han
dejado sus hogares y sueñan con llegar a Europa para una vida digna y que sin
papeles no existen a los ojos del mundo, de Europa o de sus nuevos vecinos
griegos.
Estrenando el Mikado
Gracias a las páginas amarillas hemos creado otros
proyectillos como el del jardín culinario dentro del campo, que os contamos
ayer, o el kit de peluquería y barbería para que los profesionales ofrezcan sus
servicios a los compañeros.
En la escuela seguimos con las actividades y las clases de inglés
con pequeños y adultos que muestran un interés increíble, así da gusto.
Gracias al jardín culinario, hemos encontrado una rana verde
que ilumina la cara de grandes y pequeños al ver vida a su alrededor en un
sitio tan yermo. Le construimos un hogar temporal para llevarlo a la escuela
donde los niños están estudiando animales en clase de inglés. Así que hoy aprendemos
sobre la rana mientras la observan, imitan, ilustran y escriben sobre ella.
Por otro lado continuamos grabando el documental, ahora ya, con entrevistas personales.
Entrevistando a nuestro amigo Rudim
Por otro lado, hoy han tenido una reunión en el campo
algunas personas de organizaciones que ofrecen sus servicios allí. Hay que
prepararse para el invierno, nieva mucho y la instalación y los habitantes no
están preparados para el frío. Hay tiendas textiles a la intemperie y, obviamente, no son impermeables. Además no tienen ropa de abrigo, ya que llegaron con la
idea de estar en sus destinos europeos en una semana.
Nuestro granito de arena es diseñar, comprar y empezar a
construir con los carpinteros del campo, y cualquiera con ganas de aprender, un suelo que
eleve las tiendas exteriores para no estar en contacto con el asfalto y aislarlas
un poco del frío y la humedad de la nieve.
Cada día nos damos cuenta del poco tiempo que nos va
quedando y lo mucho que hay que hacer. En las conversaciones que mantenemos, en
los innumerables tés a los que nos invitan, nos cuentan sus éxodos, sus vidas
anteriores, sus planes y sueños, así como las necesidades médicas que
intentamos solventar.
Aquí seguimos, al pie del cañón, mano a mano y con el
corazón a flor de piel.
Nuevos asientos.¡Nos encanta reciclar!
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